Compadreando en el Centro

A menudo, las personas invertimos grandes cantidades de dinero y esfuerzo para apreciar la belleza que nos rodea, como si el placer proveniente de ella fuera un bálsamo para lo que muchos llaman “la tragedia de vivir”. Adquirimos obras de arte, nos perdemos en la lectura de poemas, y viajamos grandes distancias para observar paisajes naturales, ciudades clásicas, o monumentos imponentes.

Sin embargo, en nuestra búsqueda por satisfacer nuestros sentidos, olvidamos que la belleza, aunque objetiva, se puede encontrar en todos lados, en cada momento. Como en el ruido frenético de un claxon en el tráfico de hora pico, en la fría e incómoda sensación de la lluvia, en una mujer que camina y habla por celular en medio de la muchedumbre, o incluso en la simple sonrisa de un hombre que camina junto a su amigo al pasar por los baños públicos.

Fotografía: Alonso Zimbrón, 2023, el Zócalo de la Ciudad de México