Entre dos mundos
¿Qué sería de la vida si solo existiera la felicidad plena que tantos anhelamos? ¿Y si desaparecieran el dolor de la tristeza, la explosividad del enojo, el calor de la vergüenza o el vacío del sufrimiento? La vida carecería de significado, desprovista de autenticidad. Sería una mera ilusión, pues uno no puede existir sin el otro, al igual que el caos y el orden. Sin embargo, afortunadamente, al igual que la felicidad es efímera, todos los sentimientos negativos también lo son: un ciclo interminable. Por eso, debemos aprender a apreciar no solo los buenos momentos, sino abrazar incluso nuestro sufrimiento pues, es ahí donde encontramos la oportunidad de superarnos, de crecer, y de transformarnos en la mejor versión de nosotros mismos. Eso es vivir: estar entre dos mundos, aprovechando y viviendo al máximo a ambos.
Fotografía: Alonso Zimbrón, 2022, vista al mar en la Ciudad de Campeche